Stéphane Miroux (Gael García) regresa a Francia por pedido expreso de su madre, después de la muerte de su padre, ambos se encontraban en México. Christine Miroux (Miou-Miou) le consigue un trabajo en una editorial, al ser ilustrador, sin embargo, se siente engañado al ingresar a su nuevo empleo ya que sólo se limita a imprimir y pegar etiquetas a los calendarios, lo cual es de lo más monótono para su perspectiva. Guy (Alain Chabat) le explica esa "complicada" labor y le presenta a sus otros compañeros. Stéphane está frustrado al ser rechazadas las propuestas de diseño que le hizo al dueño, de igual forma, se encuentra confundido y solo en el viejo departamento donde pasó su niñez; al comenzar una nueva jornada, unos sujetos tratan, infructuosamente, de subir un piano por la estrecha escalera al departamento vecino, el joven mexicano evita milagrosamente que el instrumento musical le caiga encima pero le lastima la mano. Zoé (Emma de Caunes), amiga de la vecina y dueña del piano, ofrece curarle; de inmediato se siente atraído por ella ante la incomodidad de Stéphanie (Charlotte Gainsbourg) que sí muestra algo de atracción por él. Stéphane es una persona tan creativa y soñadora como inocente e infantil, cada que puede da inicio a Stephane TV, un show alojado en su cabeza donde idealiza sus sueños, llevándolos prácticamente a la realidad, distorsionando sus sensaciones con el mundo exterior y atrayendo sus imágenes oníricas a éste. Da inicio una amistad con Stéphanie, la conexión es instantánea, sus visiones son parecidas y las coincidencias llegan como consecuencia de su constante lluvia de ideas. Stephane TV tiene una nueva invitada de lujo, lo cual comienza a confundir al conductor del show que entre sueño y realidad, comete el error de escribir una carta pidiéndole algunos datos de Zoé. Esta acción cambia todo, mas no la amistad. Ahora Stéphane se siente atraído y hasta enamorado de Stéphanie, quien cambia de parecer y busca evitar algo más.
Michel Gondry hace una oda a su estética, da rienda suelta a los recursos que utilizó en Eternal Sunshine of the Spotless Mind, y aunque parece ser imposible logra un trabajo aún más creativo, el arte visual se describe como su narración: armoniosa. Antes de traernos esa obra de arte citada, el director francés es reconocido previamente, y esencialmente, por su impresionante trabajo siendo el realizador de los vídeos musicales de sus compatriotas, Daft Punk, acaso a estas alturas habrá algún ermitaño que no haya visto "Around the World" con sus 4 minutos y 4 segundos de sincronización absoluta. También colaboró con Björk, Massive Attack, The Chemical Brothers, The White Stripes y hasta los Foo Fighters, entre otros.
La Ciencia del Sueño refleja aquel mundo que todos nos imaginamos, y lo denominamos: sueño. Stéphane menciona que es más complicado, de lo que creemos hacer un sueño, y tiene razón; nos da una pequeña receta, al agregar primero los pensamientos al azar aderezados por un poco de las reminiscencias del día para mezclarlo con esas memorias del pasado que permanecen en nuestra cabeza. Sin olvidarse de incluir todas aquellas relaciones que tenemos a nuestro alrededor, con los amigos, familia y hasta del tono amoroso, hasta se permite por qué no, recordar alguna canción y ambientar ese pequeño rato de inconsciencia. Muchos nos sentimos identificados con Stéphane, no imagino alguna persona que no haya soñado despierto e imposible que algún "ente" no sueñe. La mayoría tiene los ingredientes pero pocos la imaginación, esto es vital para crear el platillo en cuestión.
Michel Gondry no solo nos presenta un soñador empedernido sino que nos "atormenta" otra vez con este tema en particular: el amor. Si en su opera prima el desamor llegó a nuestros ojos, en esta oportunidad lo trae de forma más sutil. Los pensamientos al azar, las vivencias del día, los recuerdos del pasado, las relaciones más simples, la música, absolutamente todo queda en el olvido y la cabeza se copa de una solo tópico, prácticamente una persona roba nuestros sueños y ésta los ocupa a la vez. Stéphanie se convierte de una amiga a una intempestiva invitada al show de Stéphane, y como no puede ser de otra forma, las relaciones NUNCA son simples. La experiencia del conductor de Stephane TV muestra dos causas simples para esta problemática para unos y alegría para otros; la fugaz inicia con este fenómeno: "azar paralelo sincronizado". Yo lo podría definir como el encuentro con una persona desconocida en un tiempo/espacio determinado, y lo que diferencia este choque de otros, es que él o ella, será un huésped pasajero en la mente, aunque no se descarta que su permanencia sea extraordinaria. Y la segunda, y más tortuosa, sucede cuando los deseos suspiran por ser algo más que un amigo con esa persona donde las coincidencias son involuntarias, el tiempo lo sufres al no querer que la compañía se aleje y esperas con ansías una nueva oportunidad. Las posibilidades o resultados no se pueden predecir, al ser distantes, afortunadamente y de nueva cuenta, el realizador francés nos regala un final abierto donde cada persona se podrá imaginar el desenlace que desee, dependiendo de su visión, sueños o estado de ánimo.
Espectacular en: la creatividad y el trabajo de Michel Gondry. La música de Jean-Michel Bernard. Las actuaciones de Gael García Bernal y Charlotte Gainsbourg. El papel de Alain Chabat, el famoso amigo impertinente y despreocupado que nos gustaría ser, no analisa las cosas de más, solo vive el momento. Y la escena de la declaración de Stéphane ataviado con sus compañeros de trabajo como ¿gatos?, ¿osos? cantando sus sentimientos.
Pudo mejorar en: que algunas personas se pueden confundir, a ratos los sueños son la realidad y la realidad se transporta a los sueños (tanto en la cinta como en la vida).
Pésimo en: el último paso; ¿para qué tener una relación si se puede ser amigos o para qué ser amigos si se puede tener una relación?
Le doy un: 9.5