miércoles, 18 de abril de 2012

London River, la religión como prejuicio

7 de julio de 2005, una serie de actos terroristas estremecen las calles de Londres; una bomba, aparentemente suicida, estalla dentro de un autobús, al igual que otras tres en un metro de las cercanías del lugar. Elisabeth Sommers (Brenda Blethyn), al terminar de hacer las labores rutinarias en su granja, observa esas terribles noticias, únicamente por curiosidad trata de ponerse en contacto con Jane, mas no contesta. Las horas pasan, las llamadas siguen y su hija sigue sin responder. La desesperación comienza abrumarla, le encarga las labores de la granja a su hermano, y toma un barco que la llevará al lugar, cercano del ataque, donde reside Jane. Otro taxi la deja en el barrio que prontamente la llena de repulsión, es un suburbio musulmán. El propietario del edificio es, previsiblemente, árabe, al no estar la inquilina, permite a Elisabeth entrar. Cuando su paciencia acaba, decide acudir a una estación de policía, la oficial es incapaz de brindarle ayuda pero le aconseja a visitar hospitales y pegar carteles solicitando información acerca de su hija. Se dice que fueron más de 50 muertos y varias decenas más de heridos. Ousmane (Sotigui Kouyaté) llega proveniente de Francia a la capital inglesa, espera que su hijo no sea una estadística más. El primer lugar al que asiste, es una mezquita frecuentada por Ali, el líder le da las mismas sugerencias que la oficial de policía a Elisabeth. Sin embargo, él no conoce a su hijo, ya que lo abandonó a la edad de 6 años, su consejero consigue una foto reciente regalándosela. Ousmane reconoce en la foto a Jane junto a Ali, luego de ver unos carteles pegados en un puente, de inmediato intenta contactar a la madre de la desaparecida. Elisabeth le arrebata la foto, es más ni siquiera le da la mano por ser musulmán, llama a la policía creyendo que tiene algo que ver con la desaparición. Después del interrogatorio, los agentes no encuentran conexión, los acompañan a la casa de Jane, lo único que hallan es el Corán, objetos y fotos de la joven pareja. La señora Sommers elude la situación y evita al padre de Ali. Continúa el recorrido a hospitales, los padres siguen por su camino, aunque preguntando en los mismos puntos de forma simultánea hasta que Elisabeth racionaliza, se olvida de sus prejuicios y habla con Ousmane. En ese momento la búsqueda es conjunta esperando volver a ver a Ali y Jane, una vez más.







Esta película británica es dirigida por Rachid Bouchareb, quien se ha caracterizado por hacer películas sobre la existente distinción de razas, credos o nacionalidades; como Days of Glory, en la que cuatro soldados africanos pelean bajo la bandera de Francia en la Segunda Guerra Mundial para liberarla de los nazis y ellos sean aceptados; Hors la loi, es acerca de la independencia de Algeria, después de la Segunda Guerra Mundial. Este hecho tocó el yugo francés impuesto al país norte africano, y las autoridades decidieron censurarla. Regresando a London River, el director franco-argelino retrata el verídico terrible acontecimiento vivido el 7 de julio de 2005 en Londres, un día después de conocerse que la capital británica albergaría los Juegos Olímpicos de 2012. Cuatro bombas la sacudieron, el objetivo fueron tres vagones de metro y un autobús de dos pisos. Provocando 55 muertos y unos 700 heridos. Los terroristas responsables murieron en el acto, los cuatro eran británicos, mientras que tres eran de origen paquistaní y el cuarto de procedencia jamaicana.


La cinta no toca el tema político, no redunda en la problemática terrorista, tampoco nos invita a pensar en algún conflicto islamista-cristiano. Es una narración enternecedora de cómo dos extraños, aparentemente sin puntos en común, buscan a sus hijos desaparecidos en medio de toda la catástrofe suscitada por las explosiones. El director sí nos muestra los prejuicios preponderantes que existen, y difícilmente desaparecerán, entorno a los musulmanes. Elisabeth se preocupa al descubrir dónde vive su hija, se angustia al enterarse que está aprendiendo árabe y entra en depresión al saber que Jane se está convirtiendo al islamismo; no es una religión a la cual soy adepto, ni mucho menos seguiré a un dios que arenga a sus creyentes a inmolarse ante la guerra santa, pero no todos los musulmanes son terroristas así como no todos los curas católicos son pederastas o todos los judíos son mártires. Estas famas les preceden y aún muchas personas poco les importa darles alguna oportunidad, simplemente se esconden en ese escudo llamado: prejuicio. Lo brillante de London River es el uso del hecho terrorista meramente como un anzuelo, un pretexto para contar su historia. Una de amor, una de un encuentro, una de fe, una de abolición de los paradigmas contemporáneos. En conclusión, "Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio", parafraseando a Albert Einstein.            


Espectacular en: Brenda Blethyn y Sotigui Kouyaté. La dirección. El guión es bastante interesante.  Y hasta la austeridad de la película.

Pudo mejorar en: el ritmo, es lento, y eso que dura poco más de una hora.

Pésimo en: la discriminación de la señora Sommers (al inicio). 

Le doy un: 8.5

No hay comentarios:

Publicar un comentario