Zinos Kazantsakis (Adam Bousdoukos) es dueño de un edificio, en el que es inquilino un gracioso marinero jubilado llamado Sokrates (Demir Gökgöl), del otro lado se encuentra su pequeño restaurante; Soul Kitchen es el lugar donde convergen Lucia (Anna Bederke), la mesera; y Lutz (Lukas Gregorowicz), que lo utiliza como lugar de ensayos de su banda de rock. La vida de Zinos comienza a torcerse cuando Nadines (Monica Bleibtreu), su novia, se marcha a Shanghái como corresponsal pidiéndole que la acompañe, sin embargo, el dueño y cocinero de Soul Kitchen, se niega a dejar y vender su negocio, le ruega que lo espere en China; Illias Kazantsakis (Moritz Bleibtreu) ha recibido la probatoria, suplicándole a su hermano que le deje "trabajar" en el restaurante para poder salir diario de la cárcel y no sólo los fines de semana; las cosas van de mal en peor, al recibir un lava vajillas griego, Zinos intenta cargarlo lastimándose la espalda, lo que le impide hacer su trabajo. En la última cena con Nadines, conoce a Shayn (Birol Ünel), un enérgico cocinero, recién despedido de su trabajo, lo invita a colaborar con él, por su maltrecha espalda; el alcohólico, neurótico y engreído nuevo chef le exige a Zinos, suprimir todo el menú, dejando sólo algunos platillos gourmet más caros, tal renovación aleja a los clientes; la suerte no satisfecha en hacerle pasar pésimos momentos a Zinos, se empecina en él, cuando Frau Schuster (Catrin Striebeck), de Hacienda, le embarga su tocadiscos por el atraso del pago de impuestos, el encuentro con Thomas Neumann (Wotan Wilke Möhring), un viejo amigo de la universidad, quien es agente inmobiliario por lo que busca por todos los medios comprarle el edificio y sin excluir la visita "sorpresa" del Departamento de Sanidad con la amenaza de cerrarle el local si no cumple con las normas.
Una noche de fiesta en una disco de Ilias, Zinos y Lucia, hace que un par de tornamesas lleguen a Soul Kitchen, llenándola de nueva cuenta de música, aunado a los mini conciertos del grupo de Lutz y el diseño de invitaciones de Lucia, es pintora, logran que los comensales regresen, la comida excéntrica de Shayn ya es del agrado de la gente de Hamburgo, en conclusión, revive el viejo restaurante del inmigrante griego, y los dolores de su espalda disminuyen al conocer a Anna (Dorka Gryllus), una fisioterapeuta recomendada por Nadines. Incluso, paga las deudas con Hacienda, remodela la cocina y el viaje a China es próximo. No obstante, Nadines quiere impedirle que vaya con ella, Zinos se obstina en su encuentro por lo que comete una serie de malas decisiones entre las que están la que le deja casi al borde de operación de espalda que no puede pagar y cederle la renovada Soul Kitchen a su hermano Ilias provocando desastrosas consecuencias.
En fin, Zinos tendrá que luchar por recuperar lo perdido, es decir, todo, en menos de 5 días.
Ganadora del Premio Especial del Jurado del Festival de Cine de Venecia en el 2009, Fatih Akin nos entrega una comedia alemana filmada en su totalidad en Hamburgo. El guión corrió también a cargo del realizador con la colaboración de Adam Bousdoukos, el protagonista se basa en sus experiencias al ser propietario, realmente, de una taberna en el barrio Ottensen en Hamburgo. Soul Kitchen es aderezada por el Soul, Funk y R&B de Kool & The Ganga, Quincy Jones, Sam Cooke y Ruth Brown, cuenta de igual forma con música alemana como la electrónica y el Hip Hop de la localidad donde se filmó.
Soul Kitchen, es una narración de infortunios, una oda al pesimismo, como lo dice el título de este post es una monografía a la Ley de Murphy, quienes no la conozcan, está basada en la máxima:
Una curiosidad de la película es el nombre de la misma, Soul Kitchen, hace referencia a una canción de los Doors, y esta peculiaridad también se observa en el look de Adam Bousdoukos casi idéntico al de Jim Morrison (el funesto frontman de la banda de Los Ángeles), tal vez sea una semejanza sin importancia o involuntaria pero no deja de ser esta singularidad un poco extraña y hasta graciosa.
Espectacular en: la dirección de Fatih Akin, las actuaciones de Adam Bousdoukos, Moritz Bleibtreu y sobre todo las pocas pero provechosas participaciones de Birol Ünel, su humor negro y cambio de ánimos no tienen desperdicio. No quiero dejar de reconocer las situaciones inverosímiles que plasma el director de origen alemán, como en el funeral de la abuela de Nadines; la subasta de propiedades; el robo frustrado en la oficina de Thomas Neumann; y en la fiesta de despedida de Zinos en su restaurante, condimentada con los postres preparados con corteza de árbol provocando efectos afrodisiacos hechos por cortesía de Shayn, donde Neumann comete el peor error de su vida, jode literalmente a Hacienda, en ninguna parte del muno se debe de tomar ese riesgo y su atrevimiento le costó muy caro. Por último, el desenlace de la trama, no resulta en lo absoluto predecible.
Pudo mejorar en: como en todo cine europeo, su distribución, cuesta un trabajo enorme encontrarla en su idioma original.
Pésimo en: una persona no puede tener tan mala suerte, por lo menos antes de ver Soul Kitchen jamás lo había conocido.
Le doy un: 9
En fin, Zinos tendrá que luchar por recuperar lo perdido, es decir, todo, en menos de 5 días.
Soul Kitchen, es una narración de infortunios, una oda al pesimismo, como lo dice el título de este post es una monografía a la Ley de Murphy, quienes no la conozcan, está basada en la máxima:
"Si algo puede salir mal, saldrá mal"Así es, el dueño del pequeño restaurante literalmente sobrevive a la sentencia citada, una y otra vez, cuando todo parece que no puede empeorar, sorpresa, el destino le vuelve a escupir en la cara al pobre Zinos. El director hace un repaso a la lealtad, una parte fundamental en la que se desenvuelve la historia, precisamente es la que desemboca (la falta de esta) en los problemas del griego, quien al verse traicionado por sus cercanos busca solucionarlo perdonando y vuelve a confiar en ellos. Sus complicaciones: físicas, materiales y sentimentales, se solucionan de la forma más sencilla, Fatih Akin no enreda la trama, conforme se obscurece el túnel de Zinos, de inmediato aparece una luz de esperanza, lo cual se agradece y hace que el metraje sólo dure poco más de 90 minutos.
Una curiosidad de la película es el nombre de la misma, Soul Kitchen, hace referencia a una canción de los Doors, y esta peculiaridad también se observa en el look de Adam Bousdoukos casi idéntico al de Jim Morrison (el funesto frontman de la banda de Los Ángeles), tal vez sea una semejanza sin importancia o involuntaria pero no deja de ser esta singularidad un poco extraña y hasta graciosa.
Espectacular en: la dirección de Fatih Akin, las actuaciones de Adam Bousdoukos, Moritz Bleibtreu y sobre todo las pocas pero provechosas participaciones de Birol Ünel, su humor negro y cambio de ánimos no tienen desperdicio. No quiero dejar de reconocer las situaciones inverosímiles que plasma el director de origen alemán, como en el funeral de la abuela de Nadines; la subasta de propiedades; el robo frustrado en la oficina de Thomas Neumann; y en la fiesta de despedida de Zinos en su restaurante, condimentada con los postres preparados con corteza de árbol provocando efectos afrodisiacos hechos por cortesía de Shayn, donde Neumann comete el peor error de su vida, jode literalmente a Hacienda, en ninguna parte del muno se debe de tomar ese riesgo y su atrevimiento le costó muy caro. Por último, el desenlace de la trama, no resulta en lo absoluto predecible.
Pudo mejorar en: como en todo cine europeo, su distribución, cuesta un trabajo enorme encontrarla en su idioma original.
Pésimo en: una persona no puede tener tan mala suerte, por lo menos antes de ver Soul Kitchen jamás lo había conocido.
Le doy un: 9
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