La noche anterior de Halloween en el año de 1977 se buscan cinco porristas desaparecidas y dos parejas de jóvenes gastan el tiempo en la carretera buscando historias de lugares excéntricos para elaborar un libro, por una distracción de Jerry (Chris Hardwick) tienen que detenerse a cargar gasolina. La parada es en una estación que aparte de vender pollo frito se encuentra a cargo de un payaso llamado Capitán Spaulding (Sid Haig) sede también del "Museum of Monsters and Madmen". La galería contiene objetos tan bizarros como repulsivos, los ocupantes del automóvil por iniciativa de Jerry entran a un recorrido auspiciado por el Capitán Spaulding; ya dentro, pudieron ver estatuas de asesinos seriales mientras el orador les explicaba sus principales virtudes como clavarse agujas y comerse los órganos de las mujeres sin olvidarse de la leyenda del Dr. Satán (Walter Phelan). Al concluir le piden al Capitán que les trace un mapa para poder encontrar el árbol del Dr. Satán a lo cual accede. Bill (Rainn Wilson) apoya el entusiasmo de Jerry a pesar del escepticismo de sus novias: Mary (Jennifer Jostyn) y Denise (Erin Daniels) respectivamente. A mitad del camino está una mujer bajo la intensa lluvia, quien curiosamente conoce la ubicación del árbol, los guía hasta que se pincha una llanta y tienen que parar. Baby (Sheri Moon Zombie) con Bill, van a su casa en busca de ayuda. Cuando llegan los demás remolcados por una grúa, no saben que su vida será mutilada. La Madre Firefly (Karen Black) de Baby, Otis (Bill Moseley) su hermano; el abuelo Hugo (Dennis Fimple); y el guardián Tiny (Matthew McGrory) que fue quemado por su padre en su infancia; conforman una familia incestuosa de psicópatas, satánicos, sádicos, asesinos y con un humor bastante negro harán uso de sus más macabros deseos para torturar a los cuatro jóvenes y hacerlos parte de un ritual. Al día siguiente, el padre de Denise, Don Willis (Harrison Young), con el teniente George Wydell (Tom Towles) irán a la vieja granja que está en el trayecto a la tumba del Dr. Satán, tratarán de rescatarla y no acabar como las decenas de cuerpos descuartizados en cada habitación de la misma.
Rob Zombie en sus días como frontman de la banda de metal White Zombie (de 1985 a 1998) ya dio indicios de ser un personaje bastante obscuro y particularmente su carrera como músico despegó al hacerla en solitario, principalmente con su primer disco: Hellbilly Deluxe. Del que se desprendía "Live Dead Girl" y, todo un himno del metal industrial, "Dragula". Luego de otros álbumes y ser director en casi todos sus vídeos musicales y de algunas otras agrupaciones como Powerman 5000 y el príncipe de la obscuridad Ozzy Osbourne, debutó dirigiendo largometrajes en el 2003 con esta cinta rememorando el llamado "Cine Serie B" de a mediados de los 50's hasta los 80's; bajo su enfoque, hace de la típica historia de jóvenes perseguidos por un asesino serial un circo de freaks en el que abunda la violencia, situaciones irrisorias y conductas sádicas para la satisfacción sexual.
Tal vez me delata un poco mi fanatismo hacia Rob Zombie, tanto el músico como el director, ya que House of 1000 Corpses es un fenómeno digno a la mujer lobo o a los siameses de cualquier circo ambulante o programa sensacionalista; incomprensible en varios tramos e inverosímil en otros pasajes conforman un collage de difícil digestión. No culpo a las personas que, literalmente, no soportaran verla por lo extremo de sus escenas. El primer trabajo del señor Zombie parte del hecho de innumerables cintas slasher, como la infame House of Wax y la entretenida The Texas Chainsaw Massacre, donde familias desequilibradas ayudan al hijo o al hermano todavía más desequilibrado a capturar a las jóvenes víctimas. Hasta este punto la cinta en cuestión es impresionante, refleja el entorno que bien pudieron tener Charles Manson o Ted Bundy, sin embargo, la parte final (la que incluye al Dr. Satán) da al traste con lo demás, demasiado fantasiosa y rebuscada, pierde todo rasgo de realidad llevándola al terreno de lo imaginario en el que viven seres repugnantes debajo de la tierra experimentando con humanos.
Tal vez me delata un poco mi fanatismo hacia Rob Zombie, tanto el músico como el director, ya que House of 1000 Corpses es un fenómeno digno a la mujer lobo o a los siameses de cualquier circo ambulante o programa sensacionalista; incomprensible en varios tramos e inverosímil en otros pasajes conforman un collage de difícil digestión. No culpo a las personas que, literalmente, no soportaran verla por lo extremo de sus escenas. El primer trabajo del señor Zombie parte del hecho de innumerables cintas slasher, como la infame House of Wax y la entretenida The Texas Chainsaw Massacre, donde familias desequilibradas ayudan al hijo o al hermano todavía más desequilibrado a capturar a las jóvenes víctimas. Hasta este punto la cinta en cuestión es impresionante, refleja el entorno que bien pudieron tener Charles Manson o Ted Bundy, sin embargo, la parte final (la que incluye al Dr. Satán) da al traste con lo demás, demasiado fantasiosa y rebuscada, pierde todo rasgo de realidad llevándola al terreno de lo imaginario en el que viven seres repugnantes debajo de la tierra experimentando con humanos.
Espectacular en: el surrealismo de los integrantes de la familia. El Capitán Spaulding, todo un personaje icónico del cine de terror, aunque posiblemente muchas personas desconozcan de su existencia por no ser una cinta comercial. La sensualidad demencial de Sheri Moon Zombie. La ambientación de la casa.
Pudo mejorar en: la leyenda del Dr. Satán, al tener incidencia en el final.
Pésimo en: no es para cualquier público, es para personas pacientes con estómago duro amantes del género.
una joya en su género
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