2004, en París, Jesse Wallace (Ethan Hawke) presenta en una libreria su libro titulado This Time, como parte de un largo camino promocional por varias ciudades de Europa; ha sido una firma de autógrafos y lectura pública como cualquier otra hasta que ve, entre portadas, una cara familiar, ahora una francesa treintañera, se trata de Celine (Julie Delpy); la musa protagonista de This Time, donde quedaron grabados los recuerdos, emociones y detalles de aquel encuentro de una noche en Viena.
Nueve años se dilató en cumplir el pacto en la estación, ambos muy diferentes pero en esencia siguen siendo los mismos: Celine es una ambientalista reacia y él aprovechó el sueño para convertirse en un exitoso escritor; ella tiene un novio que nunca ve, por ser un fotógrafo bélico y Jesse está casado con una maestra con quien tiene un hijo de 4 años. Cada quien con su vida adulta, como corresponde con sus respectivas responsabilidades, frustraciones y convicciones, sin embargo, comparten la marca que les dejó esa noche de junio en Viena y se lo recriminan a su manera en las mini crisis que sufren de camino al departamento de Celine.
Por si no resultara más dramático y romántico el encuentro, Jesse tiene que volver a Nueva York así que penden del momento que tenga que ir al aeropuerto, él lo quiere alargar lo más posible y recorre cuanto lugar se le ocurre: un café, un parque y un breve paseo por el río Sena poniéndose al día de sus maltrechas vidas pero complacientes en un sentido meramente práctico, hasta llegar al citado hogar de Celine.
Lo más duro de un sueño, es despertar, en esta secuela vemos cómo ese sueño se idealizó de tal forma en convertirse en un recuerdo imborrable en la vida de Jesse y Celine, después de esa noche, nada volvió a ser igual, jamás pasaron con otra persona lo que tuvieron ambos antes del amanecer, todo cambió. A pesar, de seguir aparentemente adelante, cada día regresaba EL SUEÑO, los perseguía; Jesse escribió un libro y Celine una canción para perpetuar la experiencia. Nueve años duraron despiertos hasta que los azares del destino los depararon estar frente a frente, de nueva cuenta pero en circunstancias muy diferentes.
Es ahí donde veremos qué tan cínicos o románticos somos (citando a Jesse ante la pregunta de un reportero en la librería): el escritor se quedará con Celine, para permanecer en el idílico sueño o se marchará a Estados Unidos, a seguir con su desdicha de matrimonio.
Es ahí donde veremos qué tan cínicos o románticos somos (citando a Jesse ante la pregunta de un reportero en la librería): el escritor se quedará con Celine, para permanecer en el idílico sueño o se marchará a Estados Unidos, a seguir con su desdicha de matrimonio.
Como lo dice el slogan de la cinta de Richard Linklater, si hubiera una segunda oportunidad de encontrarte con la única persona por lo que dejarías todo, ¿te escaparías?.
Particularmente, me pareció mejor la primera pero por un sencilla razón: soñar. Así es, Before sunset, nos muestra la vuelta a la realidad de aquellas personas que vivieron algo irrepetible y lo duro que es volver a encontrarse con esas ideas que poco a poco fueron olvidadas, con esos "hubiera": si te hubiera buscado más, si hubiéramos estado todavía juntos o si hubiera ido al encuentro.
Espectacular en: el manejo magistral para llevar a cabo esta segunda parte al realismo puro, porque sí pasaron nueve años entre ambas películas, aunque Julie Delpy está igual, increíble como no ha cambiado en nada. Si en Before sunrise, Richard Linklater le dio un especial énfasis a lo que sucedía alrededor de la pareja, aquí únicamente le importó los protagonistas, haciendo de la película una larga secuencia, con apenas cortes imperceptibles. La pareja Hawke-Delpy es irrepetible. El final es asombroso. El rumor de una TERCERA PARTE, Hawke en una entrevista dejó abierta la posibilidad para empezar a filmar el próximo año y, de igual forma, PASEN NUEVE AÑOS entre la segunda y la tercera cinta de Linklater. Como el poema en la primera, en esta oportunidad, la canción de Celine me es terriblemente extraordinaria:
Pudo mejorar en: la maldita suerte (véanla y entenderán).
Pésimo en: que tuvo que terminar.
Le doy un: 10 (no tiene la belleza de la primera mas se compensa con la terrible realidad).
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