martes, 29 de noviembre de 2011

Bitch slap, mujeres y sólo eso

Hel (Erin Cummings) y Camero (America Olivo) se llevan a Gage (Michael Hurst), con el fin de saber dónde ha escondido unos diamantes con valor de 200 millones de dólares. También se encuentra Trixie (Julia Voth), una stripper, que ayudó a las dos  ex compañeras de celda a secuestrarlo. El mafioso no piensa decirles el lugar del escondite, por lo que deciden matarlo. Al lugar llega un policía entrometido, y dos caza recompensas en busca del motín. Después de peleas y besos entre las tres socias, la muerte de la pareja freak y el policía mal herido, se conoce la verdadera entidad de Hel, la guarida de Gage, la psicosis de Camero y la increíble e inverosímil importancia de Trixie.

El director, Rick Jacobson, reunió a los protagonistas de dos series, donde dirigió varios capítulos;  Hércules (1999) y Xena la princesa guerrera (2000), Kevin Sorbo (Mr. Phoenix) y Lucy Lawless (Madre Superior) respectivamente, así como a Michael Hurst  quien personificaba a Iolaus en ambas. Aunque en papeles pequeños en la cinta. No recuerdo y tampoco fui fan de los programas mitológicos donde dirigió, no tengo parámetro para comparar, ni con la que filmó un año antes, Bad Boys (2008), sin embargo, Bitch Slap se podría considerar su principal trabajo y sinceramente el también guionista en esta oportunidad, nos presentó una película con un pésimo argumento y terrible realización.


La combinación de chicas, camisetas mojadas, luchas, sangre y humor ácido no siempre es buena, imaginen qué tan mal lo hizo Rick Jacobson, no sé que intentó, fue un hibrido entre Tarantino, Robert Rodríguez y Guy Ritchie por sus claras referencias a estos realizadores. De igual forma, me ha costado definir su género: empezó como thriller, quiso ser de acción y aspiró a ser comedia como reflejo a tan ridículas escenas. En las técnicas cinematográficas se encuentran por ejemplo: el long shot, medium shot o close-up para el encuadre durante la filmación, aquí el director se inventó uno, y lo defino como el boob shot o cleavage shot, perdí la cuenta de cuántas veces enfocó en esa parte de la anatomía de las actrices, se apoyó demasiado en ese “recurso”, uno como hombre, sinceramente lo agradece, pero las mujeres que se les ocurra ver este bodrio no creo que estén tan contentas.



Espectacular en: el físico de Julia Voth, Erin Cummings y sobre todo America Olivo, sí únicamente esto.

Pudo mejorar en: pues en lo que no estuvo en las manos del director, las actuaciones; todo el cast  fue lamentable, perdón por ser tan reiterativo pero la sensualidad involuntaria del trio fue lo rescatable, con decir que hasta cuando se quisieron poner sexys les salió mal.

Pésimo en: todo; la dirección, desastrosa en las secuencias de pelea, rebuscado en la escena final que según aclaraba el argumento, en el intercambio en Glory Hole; la narrativa de la cinta basada en su totalidad en la realización de flash back, mediante estos querían aclararnos el rol de las actrices, no obstante, confundían, por lo que de igual forma se lleva a la edición, amén de lo vergonzante de los props usados (las armas, el fuego animado por computadora, la escenografía de nivel escolar,  y un largo etcétera); el guión no se queda atrás, diálogos torpes, inocuos y enredados; y por si faltaba algo más, el final fue de lo más completamente inesperado, en otras ocasiones es una virtud, en esta cinta se ocupa como defecto, y se resuelve el enigma de quién es el guerrero cuasi legendario Pinky, de nombre como origen ridículo.

Le doy un: 3 (un punto por actriz)

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